domingo, mayo 04, 2008


Un Macguffin con patatas (gigante)

Érase una vez que nunca fue... un Macguffin. Manda lo que tenga que mandar que uno, que siempre fue de Burger King, arranque haciéndole propaganda a la competencia sentimental. O no: porque no hablamos de hamburguesas (como unos pocos, muchos o casi nadie) sabrá; hablamos de un efecto cinematográfico al que dio nombre (porque no se lo inventó, porque en la Biblia mismo ya lo usan) Alfred Hitchcok. En pocas líneas, un efecto Macguffin (es un efecto y no una hamburguesa con queso, en fin) es una trampa argumental que los guionistas utitlizan para que la trama avance sin que realmente importe demasiado el propio Macguffin. Hablaríamos de esa maleta por la que los protagonistas matan, corren, aman, traicional o salvan el mundo y nunca se sabe qué llevaba dentro. Su interior es lo de menos. La película ha pasado y nos hemos creído que era realmente esencial saber el contenido de la maleta.
Como la vida pasa, mientras nosotros nos comemos nuestros enormes Macguffin con una ración extra de patatas. Ketchup, mostaza o ambos, incluidos.
Bienvenidos.

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